Si bien existen personas que sí se toman el tiempo para leer el etiquetado de la mayoría de los productos, hay quienes no lo hacen. Para ellos los cambios que trae la Ley 20.606 vienen como anillo al dedo, pues a partir del 26 junio comienza a regir la nueva regulación tanto en los jardines, colegios, universidades, como en la publicidad y el rotulado de los alimentos.
Para quienes echan al carro de compras lo primero que encuentra sin detenerse a leer los ingredientes, ni la composición nutricional de lo que está comprando, a partir de este 26 junio, encontrarán en la cara principal del producto con una señal de alerta similar a un disco pare de color negro cuando el aporte de los nutrientes considerados dañinos para la salud estén sobre determinados valores.
Con esta modificación, la Ley de Etiquetado de Alimentos busca dejar a la vista los nutrientes que son considerados críticos como el sodio, el azúcar, las calorías y las grasas saturas. Su nuevo etiquetado “puede que facilite un poco la elección de los alimentos, pero no hay que leer solo lo que sale adelante. Sí sirve de ayuda, pero también es importante la parte de atrás para saber cuáles son los ingredientes y cuál es el aporte de los otros nutrientes”, explica la nutricionista de www.nutres.cl Carolina Pye.
¡Ojo! Esto no quiere decir que dejemos de consumir los alimentos que tengan este rotulado negro, sino que esta Ley lo que busca es educar, y que la gente esté un poco más informada de lo que está comiendo, y por qué no, también optar por aquellos productos que son más sanos.
En cuanto al avisaje publicitario, ningún alimento que contenga un contenido “alto” de estos nutrientes críticos podrá hacer publicidad dirigida a niños menores de 14 años, ni promociones en los que se incorporen regalos o cualquier objeto que atraiga la selección de estos productos por parte de los niños.
Por último, no podrán venderse al interior de los establecimientos educacionales ningún producto que contenga en su etiquetado esta señalética de “alto en…”. Por lo tanto, se acabaron las papas fritas y ramitas en el colegio, obligando de esta manera a los establecimientos educacionales a buscar alternativas más saludables de productos para ofrecer como colación a sus estudiantes.
No olvidemos que el etiquetado también tiene otras funciones. Ayuda a quienes poseen alergias o intolerancia a determinados alimentos; nos advierte si el producto es natural o procesado y si posee conservantes, colorantes y aromas artificiales; y por último, nos entrega información para controlar las calorías, los aportes de grasas y azúcares que nos llevamos a la boca.
Informarse siempre es necesario, así nos estaremos asegurando de cuidar nuestro organismo a través de una alimentación responsable.