En 1997, dos franceses -el magnate culinario Jérôme Reynes y uno de los panaderos más prestigiosos de Francia, Christián Vabret- llegaron a Chile con la determinación de traer a este país la auténtica experiencia de la panadería francesa: de carácter artesanal, de alta calidad y elaborados bajo una serie de criterios que responden a una tradición centenaria, sus panes como el Miche Vabret, el Batard o la clásica baguette fueron su punto de ancla en el país, donde posteriormente comenzaron a abrir su oferta gastronómica, ampliándola para incluir café, postres y platos de fondo como el confit de pato, el entrecot o el pulpo y risotto de tomate, champiñones, aceitunas y coulis de rúcula.
Hoy día, en sus ocho locales de la Región Metropolitana, los chilenos pueden encontrar la experiencia de un bistró francés para servir, para llevar o para pedir a domicilio, pues Le Fournil, mediante su alianza con PedidosYa, ofrece delivery de los platillos de su carta en menos de una hora, desde sus clásicos productos de panadería y pastelería hasta su carta de platos de fondo, siendo una excelente opción para el desayuno, el almuerzo o la once.
Para Le Fournil, poner el sabor de la gastronomía francesa al alcance de todos es una meta ineludible, y es por esto que asociaciones estratégicas como la que han desarrollado con BredenMaster tienen completo sentido, al crear una línea de panes precocidos y congelados que ha permitido masificar la marca y llevar los panes de Le Fournil a muchos más hogares chilenos. Esta misma perspectiva es la que se encuentra detrás de la alianza con PedidosYa, posibilitando que los platillos de Le Fournil lleguen a los hogares de sus clientes sin importar los obstáculos que puedan interponerse.
En un país con una tradición y un amor por el pan tan profundo como Chile, es simplemente lógico que una marca como Le Fournil tenga un lugar especial en el corazón de los comensales: hoy día, Chile sigue siendo el segundo país del mundo -después de Turquía- con un mayor consumo de pan per cápita, y las panaderías están tomando la pista para generar nuevos conceptos, recetas y ofertas, con tendencias como el uso de masa madre en la elaboración del pan en franco crecimiento. Es casi obvio, pues, que la gastronomía francesa, considerada patrimonio cultural de la humanidad, y en especial su pan, que junto a sus quesos y sus vinos forma la tríada fundamental de esta cocina, haya llegado a Chile para quedarse.