Playas atestadas por mariscos, crustáceos y pescados en descomposición. Manifestaciones, bloqueo de caminos, mesas de diálogo entre el Gobierno y dirigentes chilotes sin lograr acuerdos ¿Bono Marea Roja? Para los pescadores son simples migajas que no buscan solucionar el tema de fondo ¿Cómo surgió? ¿Cuándo terminará?
El pasado 21 de abril el Ministerio de Salud (Minsal) decretó Alerta Sanitaria por marea roja en la Región de los Lagos debido a que se detectaron altos niveles de toxina paralizante en los mariscos de la zona. La medida se tomó luego que un día antes se determinara el cierre preventivo desde Cucao, el sur de Chiloé, hasta el límite con la Región de Los Ríos.
Las imágenes de las playas infestadas de mariscos descompuestos no tardarían en aparecer. Así fue como el 26 de abril se produce una varazón de machas en Huentemó, Chanquín y Playa Grande Cucao.
Los dardos de las autoridades apuntaban al fenómeno de la marea roja como principal culpable ante tal desastre, por lo que tres días después la Presidenta de la República Michelle Bachelet decreta zona de catástrofe a cuatro comunas de la Región de Los Ríos, destinando recursos a los principales afectados. Pero la medida no fue suficiente.
Para el 2 de mayo las comunas afectadas suman 22, y la gente comienza a movilizarse. Sale a las calles y se inician las protestas debido al malestar tanto de pescadores artesanales, trabajadores y familias chilotas.
Roxana Correa vive hace 21 años en Chiloé. “Las manifestaciones han sido ejemplares, sin desórdenes ni fuerza policial multitudinaria. El desabastecimiento ha sido de lo perecible: frutas, verduras; y bueno, bencina y gas si esto continua”, nos cuenta.
El Gobierno sale al rescate ofreciendo un bono de 100 mil pesos a los principales afectados, ¿es suficiente? Al día siguiente la Ruta 5 Sur es cortada y se bloquea la llegada de transbordadores a la Isla Grande. Las clases se suspenden en 90 establecimientos adhiriéndose de esta forma a las protestas.
Pero la situación no mejora y las manifestaciones continúan. Para el 8 de mayo el ejecutivo ofrece un bono de 750 mil pesos para los 5 mil 500 pescadores afectados que no tengan otra actividad laboral dependiente hasta febrero de este año. Sin embargo, los pescadores rechazan esta propuesta, pues aseguran que solo mil afectados directos cumplen con los requisitos para recibir este bono.
Pero además de esto, ¿por qué no se logra un acuerdo? La respuesta se encontraría que hay desconfianza hacia las autoridades y muchos interlocutores, por ejemplo, de los diferentes sindicatos de pescadores. Además, en Chiloé aseguran que no solo la “marea roja” ocasionó la crisis ambiental, pues culpan a la industria salmonera como responsable de la tragedia luego de lanzar más de 5 mil toneladas de desechos de salmón al mar.
En un comunicado público, los pescadores dela zona argumentan que “desde una perspectiva científica, se sostiene que los nutrientes de los desechos animales de la pesca vertidos, aumenta la cantidad de alga asociada a la marea roja, donde existe una responsabilidad ineludible de la industria salmonera”. Por su parte, el Centro de Estudios Sociales de Chiloé (CESCH) informó que “La marea roja no mata a los bivalvos”.
Asimismo, el Sindicato Nacional de Trabajadores del Instituto de Fomento Pesquero a través de un comunicado de prensa sostuvo que «la marea roja y el vertimiento al mar de miles de toneladas de salmones muertos, contaminados, en descomposición y con antibióticos en magnitudes desconocidas, dejan al descubierto un hecho ineludible como país y es la manera deplorable en que estamos explotando nuestros recursos naturales».
Pero las demandas chilotas expuestas al ejecutivo van más allá de lo recién ocurrido. Sobre la Mesa Provincial de Chiloé se presentaron 15 exigencias entre las que buscan que las autoridades realicen una investigación que analice las causas reales de la crisis medio ambiental, y un estudio sobre el daño ambiental de la industria salmonera en sus treinta años en la zona.
También solicitan regular la biomasa de la piscicultura, centros de cultivos de salmón, miticultura y cultivo de abalones a fin de prever una futura catástrofe; exigen no traspasar la merluza del sur al sector industrial y que den la autorización para la extraer salmón chynook a fin de paliar la grave crisis que hoy viven los pescadores artesanales.
Solicitan la apertura o corrida de lista de la pesquería bentónica y de mersales; indemnizaciones y bonos permanentes para los pescadores artesanales, recolectores de orilla, algueros, mitilicultores, feriantes, macheros y ramas afines. Además buscan que el Estado establezca en sus políticas públicas un permanente apoyo al sector pesquero artesanal por el riesgo de un nuevo florecimiento tóxico.
Otras de sus exigencias involucran la creación de un comité técnico-científico basado en Chiloé y que dé sustento y apoyo a la clarificación de las causas que originaron este desastre medioambiental. También exigen que el representante que nombre el Gobierno, entregue su propuesta a Castro, capital provincial del archipiélago de Chiloé.
Y por último buscan la derogación de la Ley de Pesca, ya que “sabemos que todos estos temas están vinculados” con ella. Es una lista larga, y pese a que aún no hay nada resuelto, mientras sigan las negociaciones el Ejecutivo entregará un bono de 300 mil pesos ¿Medida parche o provisoria?
“(Este) no es un tema que se solucione en seis meses, puede ser mucho más (…) Es importante entender que el bono puede ser pan para hoy, pero hambre para mañana si no se entregan políticas claras de cómo enfrentar este tsunami social que puede generarse en muy poco tiempo. Mira al punto que se tuvo que llegar para que se hablara”, concluye Correa.