Berni Traub, lista para madrugar y ¡rockear!

7.45 am. Manejando camino al trabajo, radio encendida. Cansancio, sueño y ganas de seguir durmiendo. Música de fondo. Finaliza Step on (Twisting My Melon Mix) de Paul Oakenfold & Happy Mondays y aparece la voz de la locutora. Una mujer (joven a la imaginación) que desborda ánimo y energía a tal punto que llega a dar envidia. Alegre, dinámica y entretenida ¿Quién será?

Su nombre es Berni Traub (33), “la maestra de ensaladas y jugos que (entrega) shots concentrados de información y datos ideales para despertar con una sonrisa y con ganas de comerte el mundo” (y no es chiste). Locutora del Vitamina Rock & Pop despierta a miles de chilenos entre las 7.00 y 9.00 de la mañana ¡Ídola!

Su etapa escolar transcurrió en el colegio Dunalastair, para luego saltar a la actuación y el diseño (carreras que nunca terminó). Fue entonces cuando tomó la vida bajo sus propias riendas y la encauzó junto a uno de sus grandes amores, la música.

Guitarrista y pianista. En 2003 fue parte de TNC (The New Complaint) junto Elisa Montes (ex Supernova); en 2004 hizo la canción para Promedio Rojo, “Mis sueños mienten de verdad”; y entre 2005 y 2008 fue guitarrista de Pedro Frugone (La Ley); para luego ser parte del grupo Ruch.

Amante de las simplezas de la vida, la ex guitarrista de LiLiTS (banda de rock que surge en 2009 y con la cual ya tiene tres discos), hoy además de ser locutora de Radio Rock & Pop, se encuentra trabajando en proyectos personales.

¿Te defines de alguna forma?

Una eterna buscadora del real sentido de la vida. Alguien que goza con lo más mínimo, que agradece todo lo que tiene y lo que no. Que se cuestiona cada regla que nos intentan imponer y que quiere esparcir en el mundo la idea de la real libertad.

¿Te visualizaste alguna vez como la mujer que hoy eres?

Tengo la sensación que desde chica jamás le he puesto muchas directrices a mi vida. Siempre he sido artista: dibujaba, cantaba, tocaba piano y guitarra. Con un pseudo primo siempre le hacíamos shows a nuestros padres en el living de la casa, ¿pero de ahí a pensar en cómo sería a esta edad? No. Aunque, según lo que me han dicho personas que me conocen de chica, no he cambiado mucho ¡Ja!

De todas las cosas que haces, ¿cuál es la que más disfrutas?

Cuando aprendo cosas nuevas las aplico y empiezan a resultar. Ahora por ejemplo, estoy aprendiendo a grabar música en mi casa y es tan rico ver cómo crecen las posibilidades para esas canciones que grabaste solo con una idea de guitarra o piano en el celular (…) Aparte de eso, tocar en vivo me encanta.

¿Qué determina tu vida?

Espero que nada (ríe). Nunca me ha gustado esa necesidad imperiosa del ser humano de clasificar todo. Pero si hubiera que hacerlo, creo que sería el inconformismo patológico. También alguna vez llegué a la conclusión que soy «consecuentemente inconsecuente».

¿Y placeres de tu vida?

Un hermoso amanecer y/o atardecer. Una comida deliciosa hecha por amigas, acompañada por un buen vino tinto, buenas conversaciones y carcajadas. Regalonear (…) Dormir luego de esos cansancios que se disfrutan. Ese momento en que quiero salir al aire libre y recuerdo que me compré un auto (justamente para irme lejos), y ya en la carretera disfrutar de la gran Ella Fitzgerald. Estar echada sobre un chal bajo un cielo estrellado. Cuando estoy acostada y llegan mis gatas a acurrucarse.

¿Tu canción y banda favorita?

En general escucho mucho a Dave Matthews Band, Ella Fitzgerald, Billie Holiday, Señor Coconut para el placer. Pero si me quiero prender para salir, escucho el primer disco de los Yeah Yeah Yeahs, el «Fever to tell». Una bomba de 32 minutos de pura energía donde mi favorita es «Black Tongue», ¡ou yeah!

¿Bar favorito?

Don Rodrigo. A los pies del Santa Lucía, por Victoria Subercaseaux. Es el bar del hotel Foresta, Barrio Lastarria. O me tomo un schop o un martini seco con dos aceitunas. Siempre hay buena música envasada y alguien tocando en vivo canciones de antaño, con un piano entero destemplado y un teclado para esas bases de karaoke “pavre”, ¡maravilloso! Todo por supuesto en este lugar de techo bajo, paredes acolchadas, hartos espejos, garzones con humita, y ahora, sin humo de cigarro.

¿Dónde te vistes?

Soy bien fome para hacerlo. Siempre con pantalones negros que me compro donde haya y para arriba poleras, blusas y polerones de alguna feria o ropa usada que encuentre por ahí. Ahora, cuando me quiero emperifollar como corresponde para algún concierto, matrimonio o algún otro evento especial, recurro a la gran Vesna Beros y su marca Delourdes, que siempre logra que me sienta guapa, cómoda y con el “terrible de estilo”.

Y por último. Eres la encargada de despertar a muchos todas las mañanas, ¿te cuesta mucho levantarte?

Me costó, harto. De hecho llevo más de dos años madrugando (me despierto a las 5.42) y puedo decir que recién hace un par de meses me entregué y ya no me cuesta tanto. Pero siempre he sido de dormir harto. En todo caso, tengo el gran regalo de tener en el estudio una ventana al oriente por lo que me recibe, cada día, un amanecer hermoso y eso siempre ayuda.

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