Moda y tecnología son conceptos que no siempre vinculamos, pero que están cada día más presentes. Desde hace ya un mes que probamos cómo funciona el primer reloj “Inteligente” Access que Michael Kors sacó al mercado, conectándolo con un teléfono inteligente. En un comienzo pensé sería incómodo porque pesa mucho más que un reloj de mujer normal, pero un par de horas después eso había pasado a segundo plano. Estéticamente es fuera de serie, mezclando la conectividad con glamour. Tiene opciones visuales infinitas y se adapta tanto a sistemas operativos iOs y android.
Reconozco que su promesa de estilo de vida con acceso constante, portátil y casi sin necesidad de usar las manos, fue uno de los aspectos que me llamó la atención. Y la verdad cumple muchas de dichas funciones. El reloj está disponible en dos presentaciones: uno con pantalla táctil, que incluye un micrófono para hacer búsquedas, y otro híbrido, que recibe notificaciones y no necesita cargarse.
Del que les hablo es del primero. Desde un comienzo pude personalizar la pantalla, recibir mis emails, whatsapps, twitters, e incluso ver mis fotos de instagram y usarlas como fondo de pantalla del reloj. Son más de 27 millones de combinaciones posibles para personalizar la cara digital del reloj, haciéndola distinta dependiendo de tu ánimo o la ropa que estés usando.
La única función que no cumple (y que me habría gustado que lo hiciera) es que a través del teléfono no puedes contestar ninguna de las entradas que tiene: si bien puedes apretar el botón de contestar una llamada a entrante, no puedes hablarle a la persona a través del reloj, ni tampoco contestar el whatsapp o el email, lo cual si pueden hacer otros relojes inteligentes, pero que son menos estéticos.
En un trade off entre utilidad, estética y una mezcla entre ambas, MK apuntó por la última opción y al final del día, creo que no se equivocó. Recomendado
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