Quinoa, chía, sésamo y linaza son semillas que deberían formar parte de tu dieta si buscas cuidar de tu salud y por qué no, mantener tu figura. Las puedes incluir en todas tus comidas para otorgarles un valor agregado que permitirá beneficiar tu organismo.
Para partir, la quinoa es considerada un súper alimento por sus maravillosas propiedades. Originaria de Sudamérica, esta semilla contiene fierro, hierro, gran fuente de proteínas (16 gramos por cada 100 gramos), fibra y aminoácidos esenciales, los que logran provocar un rápido efecto de saciedad en quienes la consumen. Se puede comer fría por ejemplo en una ensalada, o caliente reemplazando el arroz. Lo importante es que antes de consumirla debe ser lavada para quitarle las capas de saponinas que le generan un sabor amargo, para luego ser hervida en agua entre 15 y 20 minutos.
Dentro de sus beneficios permite controlar los niveles de colesterol en sangre, además al tener un bajo índice glucémico es ideal para personas con diabetes y también para celíacos al no contener glúten.
Por su parte, la chía es una gran fuente de ácidos grasos Omega 3 y 6 que activa el metabolismo para controlar el colesterol considerado malo para el organismo. A su vez posee minerales como calcio, magnesio y fósforo. Lo interesante de esta semilla es que a pesar de tener un gusto parecido al de la nuez, la puedes incorporar en cualquier alimento y no cambiará su sabor. La puedes agregar en ensaladas, sopas, yoghurt, cereales o realizar tus propias recetas con ellas.
Para consumirlas debes remojarlas en un vaso de agua durante por lo menos 30 minutos. Sus beneficios serán muchos. Primero ayudan a que te mantengas bien hidratada, ya que absorben cerca de diez veces su peso en agua. Por otro lado, ayudan a controlar los antojos, ya que al igual que la quinoa, producen un efecto de saciedad. Al poseer gran cantidad de Omega 3, están semillas se transforman en un gran amigo del sistema nervioso, las células y muchos órganos vitales.
Proveniente de una planta originaria de África e India, el sésamo contiene grandes dosis de proteína, calcio y grasas poli saturadas, entre otros nutrientes. Estas semillas son extremadamente ricas en vitaminas B (B1, B2, B6, ácido fólico), las que son esenciales para que la piel y tejidos se encuentren saludables, por lo que a su vez favorecen al buen funcionamiento del corazón y músculos. Por otro lado, poseen una de las vitaminas con mayor capacidad antioxidante, la E, la que ayudará a contrarrestar el efecto de los radicales libres en el cuerpo.
Una de las características más destacables del sésamo es su increíble aporte de calcio, ya que contiene casi el doble de lo que se encuentra en la leche y su consumo no permite que las hormonas o antibióticos que están presentes en los productos lácteos ingresen al organismo.
Para consumirlas lo ideal es comprar las semillas crudas y luego tostarlas en un sartén, sin aceite, durante algunos minutos y luego las puedes guardar en un frasco. De esta forma las tendrás listas para ser usadas en distintas comidas, o cuando decidas por ejemplo hacer sushi o un rico pan.
Para finalizar, la linaza al igual que la chía posee una gran cantidad de Omega 3 y proporciona una de las mejores fuentes de fibra dietética. Es por esto que muchos la utilizan en su plan de mantenerse en forma o para bajar de peso, ya que ayudan a tener una mejor digestión, mejoran el metabolismo y también producen sensación de saciedad.
Uno de los puntos importantes a destacar de esta semilla es su capacidad de prevenir y aliviar ciertas enfermedades. Varios estudios internacionales han determinado que la linaza contiene 27 componentes anti-cancerígenos, como por ejemplo la lignina. A su vez, la linaza posee propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y su consumo regular ayudaría a mejor el sistema inmunológico y también a disminuir los síntomas de la menopausia.
La mejor forma de consumirla es molida, por lo que se recomienda comprar la semilla entera y luego realizar el proceso en casa. La puedes agregar a distintas comidas, como ensaladas o cereales en el desayuno, e incluso puedes disolverla en los líquidos y tomarla en un vaso de agua o jugo.