El mayor país de América del Sur posee 334 unidades de conservación, así denominadas por su relevancia ambiental, que además concitan el interés de inversores y turistas. El objetivo del plan de concesiones a la iniciativa privada es mejorar la infraestructura para los visitantes, además de generar desarrollo y empleo en las ciudades adyacentes.
El Gobierno brasileño retomó este año las actividades de su programa de concesiones de parques nacionales, con 19 de sus unidades de conservación atravesando ese proceso. Uno de los objetivos del Gobierno Federal es desarrollar económicamente regiones que tienen un enorme potencial turístico, pero no cuentan con la infraestructura adecuada.
El ejemplo más exitoso es el Parque Nacional Iguaçu, administrado por un concesionario privado desde 1999. El objetivo de las autoridades es que, en el corto plazo, otros destinos también puedan ser demarcados y administrados de forma sustentable, como es el caso de los parques nacionales de Lençóis Maranhenses (Maranhão) y Jericoacoara (Ceará) -ambos complejos de dunas y lagunas situados en el nordeste del país y de superlativa belleza natural- además de la Floresta Nacional de Canela, en Rio Grande do Sul, entre otros.
La concesión de servicios para uso público en parques nacionales es un instrumento previsto por la ley brasileña. A diferencia de la privatización -en la que un privado adquiere la propiedad de un bien público- la concesión habilita al sector privado un contrato para la prestación temporal de servicios de apoyo a los visitantes en unidades de conservación, tales como venta de entradas, control de admisión, estacionamiento, servicios gastronómicos, tiendas de souvenirs, actividades deportivas y servicios de protección ambiental, entre otras. La propiedad y la gestión de los parques permanece bajo el control de las autoridades públicas.
“Nuestro objetivo es lograr el mismo éxito de Iguaçu en otros parques del país, lo cual permitirá una explotación turística sustentable en momentos donde los turistas buscan destinos de naturaleza; y el objetivo adicional es lograr el mismo desarrollo en el entorno, generando empleo e ingresos para los habitantes de la región alrededor de los parques”, explicó el presidente de la Agencia Brasileña de Promoción Turística (Embratur), Carlos Brito.
La concesión del Parque Nacional Iguaçu -que se extiende en la frontera con Argentina- será renovada este año. Según el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio), los visitantes gastaron alrededor de 2.400 millones de reales (unos 430 millones de dólares) en municipios que dan acceso a parques y bosques. El aporte total de estos gastos a la economía nacional fue de cerca de 2.700 millones de reales (483 millones de dólares), 3.800 millones de reales (680 millones de dólares) en valor agregado al Producto Interno Bruto (PIB) y 1.100 millones de reales (200 millones de dólares) en impuestos, además de la generación de 90.000 empleos directos e indirectos.
A principios de este año se abrieron para la concesión los parques Aparados da Serra y Serra Geral, ubicados en la frontera entre los estados de Santa Catarina y Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil. La normativa para la concesión de gestión de actividades en parques nacionales está vigente en Brasil desde la década de 1990, pero el plan de concesiones tuvo un fuerte impulso a partir de 2019, cuando se agilizaron los formatos de licitación para efectivizar las concesiones.
Para André Germanos, Secretario General de Áreas Protegidas del Ministerio del Ambiente (MMA) de Brasil, “con el nuevo modelo de concesiones implementado por el Gobierno Federal, los inversores obtienen más transparencia, seguridad y libertad para invertir, trayendo más estructura, aumentando las visitas, democratizando el acceso y permitiendo que nuestros parques sean más conocidos y estén protegidos ”.
Hasta antes de la pandemia, Brasil fue uno de los tres destinos preferidos de los chilenos para viajes de placer. Según la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), en el 2019, el tráfico aéreo entre Chile y Brasil creció cerca de un 20 por ciento. Al turista chileno le gustan los destinos de playa y turismo de aventura, de allí que Brasil sea un gran atractivo para los vecinos, que aprecian especialmente las ofertas de playa, eventos como el Carnaval y acontecimientos deportivos relacionados con el fútbol y el surf, entre otras disciplinas.
Concesión de parques nacionales, indicadores:
Los cinco parques nacionales más visitados anualmente en Brasil (hasta marzo de 2020) son, en ese orden:
1)Parque Nacional de Tijuca (donde se encuentra el Cristo Redentor), en Río de Janeiro, con 2,9 millones de personas (bajo concesión)
2)Parque Nacional de Iguaçu, Paraná, con dos millones de personas (bajo concesión); 3)Parque Nacional Marino de Fernando de Noronha, en Pernambuco, con 613.000 visitantes
4)Parque Nacional Serra dos Órgaõs, en el estado de Río de Janeiro, con 196.000 visitantes; 5)Parque Nacional de Anavilhanas, en el estado de Amazonas, con 40.000 visitas.
Brasil posee 334 Parques Nacionales, también llamados «unidades de conservación», clasificadas por su belleza natural y relevancia ecológica 18 de esas unidades ya están en proceso de concesión a la iniciativa privada, un proceso se realiza bajo supervisión del Ministerio de Medio Ambiente y del también estatal ICMBio, Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad.
Hasta marzo de 2020, los parques nacionales brasileños recibieron 8,4 millones de visitas por año, y el objetivo es aumentar ese flujo por encima de los 50 millones de visitantes anuales.
El potencial turístico de los parques nacionales puede generar hasta un millón de puestos de trabajo para el país, de acuerdo a un estudio del Instituto Semeia en asociación con Boston Consulting Group (BCG).