Técnica Saho para el cuidado de la piel

Es conocido que las mujeres japonesas destacan por su piel, ya que la mayoría posee un cutis terso e impecable que muchas desearían. Hace poco se dio a conocer una de las rutinas de belleza que les permite a las asiáticas tener un rostro de porcelana.

Este método llamado Saho se inspira en la ceremonia del té en Japón y refleja principalmente la calma y tranquilidad con que las mujeres de ese país realizan sus rituales de belleza. Se trata principalmente de aplicar tres pasos dos veces cada uno: doble limpieza, doble hidratación y doble aplicación.

Para partir el proceso de la técnica Saho, lo ideal es comenzar con una doble limpieza facial que implica en primera instancia aplicar un limpiador para impurezas grasas en textura de aceite para retirar el maquillaje, exceso de sebo, etc. Luego, se debe utilizar otro limpiador en jabón o espuma para las impurezas acuosas que ayude a eliminar rastros de sudor, polvo y células muertas. Lo que más se recomienda es que estos productos no alteren el PH de la piel.

El segundo paso luego de haber retirado cualquier tipo de impureza, es la doble hidratación que hay que realizarla en dos partes. Primero se debe aplicar un tónico para luego utilizar todo el tratamiento que sigue como el sérum, contorno de ojos e hidratante.

Para terminar, el tercer paso se refiere a la doble aplicación, la cual consiste en extender los productos en el rostro. Lo ideal es primero calentar la crema sobre las palmas de las manos y extender el producto mediante pequeños masajes, luego se vuelven a calentar las manos presionando levemente sobre el rostro para que la crema penetre.

Si buscas mejorar el estado de tu cutis no dudes en probar esta técnica japonesa que de seguro te ayudará a tener una piel más sana y con menos rastros de imperfecciones e impurezas.